A mediados de los años 90, un cineasta que acababa de cumplir 30 años y con una única película en su bagaje, se presentaba al mundo con la adaptación de uno de los videojuegos más emblemáticos de su era. Lanzado tres años antes, ‘Mortal Kombat‘ se convirtió, desde la primera partida, en uno de los videojuegos más exitosos y populares de todos los tiempos. El reinado de ‘Street Fighter’ comenzaba a peligrar. En el cine, también.
Fatalidades de cine
Hay muchas cosas que no están bien en ‘Mortal Kombat’, la película. Seguramente casi las mismas que hicieron de ‘Street Fighter, la última batalla‘ una entrañable fiesta de disfraces que nadie logró entender entonces. El fiasco de la película de Steven E. de Souza solamente sirvió para que el presupuesto de esta película, escrita por Kevin Droney y supervisada por los creadores del mismo, Ed Boon y John Tobias, fuera lo que cualquier fan del videojuego pudiera esperar de una película sobre su pasatiempo favorito.
La película protagonizada por Jean-Claude Van Damme contó con un generoso presupuesto de 35 millones de dólares que no cubrió en terreno local, quedándose en todo el mundo al borde de los 100 millones de recaudación. La película del futuro director de películas tan excelentes como ‘Horizonte final‘ apenas costó 20 millones, recaudando 70 en Estados Unidos y más de 50 en el resto del mundo, para un total de 120 increíbles millones de dólares.
No seré yo el que diga que ‘Mortal Kombat’ es una buena película (porque además no lo creo), pero entiendo perfectamente su éxito y su popularidad. ‘Super Mario Bros‘ o ‘Double Dragon’ lo habían intentado antes, pero en realidad ninguna de las dos (sobre todo la primera) entregaron el producto que los fans de los videojuegos esperaban. Lo malo es que tampoco entregaron lo que los fans de los videojuegos necesitaban. Ambos títulos fracasaron con violencia. Y en esas andábamos cuando la película de Paul Anderson aterrizó en las salas de cine del mundo.
‘Mortal Kombat’ padeció de costosos reshoots, accidentes en el set y una productora aterrada ante lo que se imaginaba que podía venir. La aventura arrancó cuando el productor Larry Kasanoff estaba visitando a unos amigos en Midway, la compañía del videojuego, en el verano de 1993. El productor había trabajado anteriormente con James Cameron, convirtiendo su exitosa secuela ‘Terminator 2: El juicio final‘, en una flamante recreativa sobre rieles que batió récords para la compañía de videojuegos. De hecho, la carrera de Kasanoff está llena de auténticos cultazos. ‘Acero azul’, ‘Curso de 1999’, ‘Gnomo Cop’, ‘Mentiras arriesgadas’ o ‘Días extraños’ forman parte de sus trabajos en la producción.
Parecía sencillo para Kasanoff, ya que en realidad lo único que había que hacer era dar la vuelta a la tortilla: si convertí el éxito de Cameron en un potente videojuego, convirtamos un potente videojuego en un éxito. Si te fijas, en la segunda falta un elemento clave para lograr un producto de calidad intachable, pero se hizo lo que se pudo.
La gente de Midway mostró a Kasanoff ese nuevo videojuego y le aseguraron que batiría a su versión de Terminator. Era sangriento, hiperrealista y ya causaba sensación en los recreativos. Pero Kasanoff creía que estaba destinado a ser más que un simple videojuego. Lo visualizó como un fenómeno: como una serie de televisión, películas de cine y todo el material audiovisual imaginable. Había visto en ‘Mortal Kombat’ todo ese potencial mitológico que todavía hoy sigue dando alegrías.
“Esto es ‘Star Wars‘ y ‘Operación Dragón‘. Es mucho más que un arcade. Es un fenómeno”, afirmaba el productor. “Si me dan los derechos de esto, prometo que lo produciré, y no solo a través de películas”. Así comenzó un proceso de tres meses donde el productor trató de convencerlos de que lo que tenían entre manos era algo de valor incalculable, pero en Midway no lo tenían igual de claro. Tras mucho desgaste, obtuvo los derechos por un período de tiempo realmente corto. Era el momento de ponerse manos a la obra.
Cuando nadie lo esperaba
Paul Anderson entró en la producción a principios de 1994, con el guión del guionista Kevin Droney aún en desarrollo. La estrella de las artes marciales Robin Shou era la mejor opción para Liu Kang, pero conseguir el papel resultó ser un proceso agotador. Mientras se preparaban los castings para la película, su agente le informó del proyecto ‘Mortal Kombat’. Al principio al actor le pareció que ‘Mortal Kombat’ era un título como muy tonto. ¿’Mortal Kombat’? ¿Un videojuego convertido en película? Es lógico que entonces lo pensase, y además después tuvo que pasar siete pruebas. Un agente de actores de este estilo probablemente nunca hubiera imaginado que nadie tuviera que hacer siete pruebas para un proyecto así. Pasó una prueba para los productores, para el director, para el director de casting, para la gente de los videojuegos y finalmente con New Line.
El guión se escribió durante la pre-producción, lo cual es algo desafiante, pero también algo que posteriormente el director puede usar en beneficio propio. Dio a su director la oportunidad de ayudar a orientar la dirección. A la hora de rodar la película, realmente animó a los actores a improvisar bastante. De hecho, hay mucho humor en la película por parte de Linden Ashby (Johnny Cage) y Christopher Lambert (Raiden).
El papel de Sonya Blade era para Cameron Diaz. La futura estrella estaba en New Line con ‘La máscara‘ en postproducción y todavía no era un nombre familiar. Nadie la conocía. La pusieron a entrenar, porque nunca había realizado ese tipo de disciplinas, pero se rompió la muñeca justo antes de rodar. Era el momento de Bridgette Wilson-Sampras. Pero Cameron Diaz no era la única estrella que pudo haber formado parte del reparto de ‘Mortal Kombat’.
Sean Connery era el favorito para el papel de Raiden, pero a esas alturas de su vida ya prefería jugar al golf antes que embarcarse en un proyecto como ‘Mortal Kombat’. No estaba interesado en hacer un papel físico. Christopher Lambert se quedó con un personaje que los creadores del videojuego siempre habían imaginado asiático (aunque apenas se veía su rostro), pero aportó, además del humor, un nivel de profesionalidad inaudito. La idea era rodar sus primeros planos en Los Angeles para no viajar a Tailandia, puesto que su salario no era elevado. La estrella de ‘Los Inmortales‘ viajó igualmente para estar presente en todo momento. Además, pagó de su bolsillo la fiesta de fin de rodaje.
Goro fue la estrella de la película y del rodaje. Fue creado por Tom Woodruff y Alec Gillis de Amalgamated Dynamics. Tom era el tipo con el disfraz de Alien en ‘Alien 3‘. Goro requirió mucho trabajo por ordenador y un gran equipo trabajando a su alrededor. Se rompía constantemente y siempre había que esperarlo. Se convirtió en la diva del set. Fue el tiburón Bruce de ‘Mortal Kombat’.
Un éxito sorpresa
A la hora del estreno, el equipo estaba aterrado. Anderson viajó a Hawaii, no quería saber nada del posible fracaso, y cuando llegó descubrió que su película era la número uno. ‘Mortal Kombat’ arrasó con más de 23 millones de dólares durante su primer fin de semana, convirtiéndose en el segundo mejor estreno de la historia en agosto en aquel momento. Se mantuvo como la película más taquillera durante tres semanas.
Su popularidad también se extendió a su banda sonora. La música de ‘Mortal Kombat’ era atrevida, y usó música electrónica y de baile como no se hacía en una película de Hollywood. De hecho, fue el primer disco de música electrónica en llegar al disco de platino.
Después de ‘Mortal Kombat’, Anderson quiso probar algo diferente, rechazando la secuela y apostando por el ya clásico ‘Horizonte final’. La producción de 60 millones de dólares apenas recaudó un tercio de su presupuesto, quedándose muy lejos de las cifras que manejó con su anterior película. Esa sería una de las razones por las que decidió que en ‘Resident Evil‘ permanecería más tiempo en el proyecto. La secuela de su éxito, ‘Mortal Kombat: Aniquilación’, perdió la magia sin el director y sin alguna de sus estrellas. Más presupuesto, pero muchas menos ideas. Fracasó.
A ratos entrañable, aburrida por momentos y siempre delirante, ‘Mortal Kombat’ tiene una virtud que, de alguna manera, la hace superior a docenas de adaptaciones de videojuegos. Mientras la gran mayoría se empeñaban en buscar un mundo propio que justificase su existencia cinematográfica, ‘Mortal Kombat’ era simplemente una película de Mortal Kombat. Punto. Habrá que ver qué pasa con su esperado y cacareado reboot producido por James Wan.