La próxima semana, el 14 de octubre, se cumplirán 11 años de aquella noche en Montevideo cuando Mario Bolatti, con la casaca de Argentina, consiguió el gol del triunfo 1-0 sobre Uruguay y aseguró la clasificación al Mundial de Sudáfrica de 2010 del equipo que dirigía Diego Maradona.
El camino a la fase final de un Mundial se inicia en el primer minuto del partido inicial de las eliminatorias, y, para que Argentina esté en Qatar 2022, arrancar con el pie derecho es clave. Bolatti le contó a Mundo D : “Jugar una eliminatoria es una carga tremenda de adrenalina. Que va desde el instante en el que te llegó la citación hasta cuando te tenés que sumar al grupo. Los momentos en que uno espera que te llamen son de mucha ansiedad, porque todo jugador siempre sueña con la selección”.
“Saber que uno puede formar parte de una competición tan importante como una eliminatoria es tremendo. Porque, además, sabés que es el camino que se debe recorrer para llegar a lo máximo que aspirás: jugar un Mundial”, prosiguió Bolatti.
Las sensaciones se le mezclan al futbolista en la previa a la instancia de clasificación y Bolatti lo graficó: “Adrenalina, ansiedad y orgullo, porque vas a estar representando a todo el país, se sienten y se entremezclan con la responsabilidad que acarrea un compromiso de esta envergadura. La verdad es que es un momento extraordinario”.
“Las capas de la cebolla”
La adrenalina de la que habla “el Gringo” Bolatti se va renovando con cada paso que se da en la selección, pues partido a partido se van jugando cosas y citación a citación el jugador va gestando su lugar.
“Todos los jugadores soñamos con la selección. Y el camino se inicia desde el club en el que estás, porque lo primero es hacer las cosas bien allí. En tu cabeza está eso de que, si hacés todo correctamente, el DT de la selección puede estar viéndote. Después viene la otra etapa: esperás la citación y ver si te toca. Una vez que estás adentro, es la “otra capa de la cebolla”. “Tenés que demostrar que podés hacer las cosas para seguir. Y viene otra capa más, porque hay que hacer todo para lograr estar en la lista final del Mundial”, sostuvo el exjugador de Belgrano.
Bolatti aseguró que los objetivos se plantean de a uno y se van cumpliendo en orden: “Cumplir con uno para darle lugar al otro, en una cadena de adrenalina que no se corta”.
El primer paso es el más difícil de dar y en la selección también se da de esa forma: “La primera citación es la más compleja de todas porque tenés que demostrar que el DT no se equivocó al llamarte. Además, con el sistema de disputa que hay, esto de jugar un par de partidos y de esperar un mes para la próxima fecha hace que se renueve el esfuerzo. Después, una vez que estuviste un par de veces, como que te sentís más seguro y con estabilidad en el equipo”.
“Uno sabe qué es lo que el técnico quiere. Qué pretende de tu juego y al mismo tiempo vos vas conociendo lo que piensa de lo que le das al equipo. Entonces, uno renueva las esperanzas para la próxima convocatoria. Pero entre una y otra hay que demostrar en tu club que estás a la altura de ser llamado, porque no te podés quedar con lo que te llevó a la primera convocatoria, sino afianzar lo que estás haciendo para seguir en el radar del técnico”, agregó.
Tiempos de cambio
Bolatti llegó a la selección en 2009 y jugó 12 partidos, que incluyeron dos juegos en el Mundial en Sudáfrica: ingresó frente Corea del Sur y jugó contra Grecia en la fase de grupos:
“A veces los grupos en la selección, como en los clubes, están armados y suele costar un poco entrar. Pero es natural en el fútbol, porque el que llega debe luchar por su puesto. A mí me tocó estar en un equipo en el que estaban Lionel Messi, Juan Verón, Gabriel Heinze, Carlos Tevez y otros. Jugadores de muchísimo peso por sus trayectorias en los clubes y en la misma selección. Te diría que muchos de ellos son como una marca registrada en la selección. Por eso no es sencillo llegar y meterse. Hay que trabajar mucho para conseguir el lugar que estás buscando”, detalló el cordobés.
Por último, Bolatti evaluó: “Jugar partidos de eliminatoria no es fácil porque enfrentás a los mejores del otro país. Además, muchas veces las condiciones no son las ideales, en especial para los que vienen de Europa, porque, más allá del viaje, llegás y los campos no suelen estar en las mejores condiciones. Allá se juega con un césped perfecto y mojado. Aquí suele estar alto y seco, lo que hace que el traslado de la pelota sea otro. Por eso no es fácil jugarlas”.
El texto original de este artículo fue publicado el 8/10/2020 en nuestra edición impresa.
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