Territorio Lovecraft‘ (Lovecraft Country, 2020) ha terminado. La serie de HBO adapta la novela de Matt Ruff en su totalidad y parece que todo apunta a que ha sido una aventura de una sola temporada. Organizada casi de forma antológica, durante sus 10 episodios ha ido desgranando su arco alternando con historias centradas en personajes secundarios, de tal manera que se perciben como una colección de historias autónomas.

Sin embargo, el tramo final ha cerrado más la sensación de tercer acto con una mayor conexión entre sus eventos y un mayor protagonismo de los personajes principales. Un episodio final muy, muy flojo ha dejado, sin embargo, la sensación de que no hay un control de la estructura, ni inversión emocional real con los personajes, dejando un sabor agridulce con una temporada que empezó como una exhalación y fue dando vuelcos hasta que el cómputo general es una de cal y tres de arena. Repasamos sus episodios de peor a mejor.

Episodio 5 – El extraño caso

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Un núcleo centrado en Ruby bastante interesante, que maneja temas clásicos de cambio de cuerpo afines a ‘Déjame Salir‘ (Get Out, 2017) o un ‘Watermelon Man‘ (1970) inverso, con detalles de pócimas faustianas y de ‘El Dr Jeckyll y su hermana Hyde‘ (1972), que resuelve con momentos de body horror muy sangriento, contrasta con los agujeros de guión, recodos de trama mal resueltos y muchos momentos excesivos forzados a presión, como el muy poco ganado clímax, en el que la personaje se toma la venganza por su mano sin que cuadre con su personalidad, en un tibio alegato “¿feminista?” con una sodomía con tacón que recuerda a la lamentable escena de la deyección deCaótica Ana‘ (2007). El punto de no retorno de la serie.

Episodio 7 – I Am

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El episodio dedicado a la ciencia ficción, los viajes en el tiempo y las dimensiones alternativas. El problema es tratar de hacer de Hippolita una protagonista interesante, a la que merezca la pena seguir durante una hora viéndole cumplir sus sueños o convertirse en uan guerrera. La falta de asideros emocionales con el personaje consigue la deconexión completa de un nuevo desvío radical de la trama principal con momentos visuales interesantes pero que en conjunto resulta pesado y prescindible.

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Episodio 2- Blanquito en la luna

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El primer aviso de que todo no iba a ser como lo pintaba el piloto. De primeras, saltaba a la vista un escalón menor de producción, de puesta en escena y de dirección. No afectaba tanto a su historia con ecos a Poe y su relato de magia mística, con alucinaciones, sociedades secretas y una siniestra alegoría pulp de la esclavitud, pero el hecho de cambiar a George por Montrose ya era un bajón de por sí. Los efectos digitales ya no eran tan guays como los soggoths, en su lugar una “serpene” ridícula que ya dejaba ver detalles del mal gusto que llegaría más tarde.

Episodio 10- Territorio Lovecraft

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El episodio final es un resumen de los grandes problemas que ha ido arrastrando la serie. Tiene algo más de fuerza porque acumula todos los callejones sin salida de la trama y les da un final, más o menos, satisfactorio, pero en realidad a la media hora uno está pensando en sí realmente es el clímax de 10 horas con conversaciones y exposición dignos de un episodio de relleno, solo es al final cuando toma la quinta marcha y lo hace rápido y de forma convencional.

El tímido intento de conexión familiar en el coche queda como un intento metido a presión, pese a lo simpático que resulta y el desenlace es un tanto conveniente, demuestra lo pésimamente que han tratado al personaje de Ruby y acaba en una nota bizarra, fuera de lugar y grotesca, convirtiendo al personaje de Dee y su nuevo brazo biónico, pero que no deja de ser una niña, en una psicópata más de esa familia de “héroes”, que se une a un grupo de personajes desagradables como Montrose o como Atticus y su oscurísimo comportamiento en Corea, que no llega a tener a ningún punto de redención.

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Episodio 6- Encuéntrame en Daegu

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Tras ver a Ruby meter un tacón en el culo a un hombre en un episodio en el que Montrose prácticamente violaba a su pareja analmente, este episodio comenzaba con otro hombre sodomizado. La fijación con el recto masculino de los guionistas de ‘Territorio Lovecraft‘ es casi tan constante como las escenas de sexo gratuito de toda la serie y no decepciona en este suntuoso semi spin-off de horror asiático, que recuerda al episodio de Dr. Manhattan en ‘Watchmen‘, y reexamina el tropo de romance bélico de hospital a través del turbio, y nunca resuelto, pasado de Atticus en la guerra de Corea unido al mito de Kumiho.

Episodio 9 – Rewind 1921

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Los paralelismos de ‘Territorio Lovecraft‘ con ‘Watchmen‘ no acaban en el episodio de Corea, y en el penúltimo capítulo hay otra visita de HBO a Tulsa en 1921, esta vez entrando con más profundidad en la recreación histórica de la tragedia, en un nuevo viaje en el tiempo que aleja la serie más y más del cine de terror pero que tiene buenos momentos entre Atticus y su padre y la conexión definitiva de los bates de béisbol con el destino de Tic.

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Episodio 4 – Una historia de violencia

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Una misión que se adentra en la literatura de aventuras pulp más clásica y trepidante, llena de túneles, trampas, momias, esqueletos y el espíritu de un pequeño film de Indiana Jones. Una oda a ‘Los goonies‘ (1985) y otras aventuras de marca Spielberg, pero con pleno buceo en el fantástico de terror como ‘La momia‘ (The Mummy, 1999) y con aires retro de ‘Viaje al centro de la tierra‘ de Julio Verne y una sorprendente rima final con ‘Sleepaway Camp’ (1983).

Episodio 3 – Espíritu Santo

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La muestra de cómo ‘Territorio Lovecraft‘ es capaz de contextualizar el terror de casa encantada dentro del discurso sobre el racismo más crudo, un estupendo minifilm de fantasmas centrado en el personaje de Leti, con un desfile de apariciones digna de Brian Yuzna que invoca las raíces blaxploitation de la serie mediante el vudú de ‘The House of Skull Mountain‘ (1974), baja al sótano de ‘Posesión infernal‘ (1981), conecta con el Lovecraft de ‘La novia de Re-animator’ (1989) y se pasea por los horrores quirúrgicos de ‘House of Haunted Hill‘ (1999).

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Episodio 8- Jig a Bobo

Topsy

El mejor episodio desde el piloto coincide con un regreso al buen Horror Noire, con sello del Jordan Peele de ‘Nosotros‘ (Us, 2019), dedicado a Diana pero sin descuidar el arco principal, a través de su monstruo de la semana, una especie de entidad que solo puede ver la niña, en forma de dos gemelas que bailan y la persiguen con un comportamiento muy parecido a los “ligados” del film de Peele.

El uso de las gemelas malvadas es un homenaje a las de ‘El resplandor‘ (The Shining, 1980) , su forma de actuar es el de los entes de ‘It Follows‘ (2014) y hay algunos detalles visuales concretos que llaman a ‘Pesadilla en Elm Street‘ (A Nightmare on Elm Street, 1984). En realidad, son una recreación de los Picanniny, una caricatura racista de niños afroamericanos popularizada por el personaje de “Topsy” de ‘La cabaña del tío Tom‘ (1842), una ofensiva representación como salvajes diseñada por blancos que Misha Green no exagera.

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Episodio 1- Crepúsculo

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Un piloto espectacular que hacía pensar en que nos esperaba una gran serie. Una gran mezcla de acción, misterio y terror con sangre, monstruos y una ambientación exquisita en la América segregada de Jim Crow. Hacía pensar en un ‘Sobrenatural‘ (Supernatural, 2005) con gran presupuesto y el filtro racial de Peele. Empieza prácticamente igual que la odisea de los Winchester, dos familiares en busca de un padre en forma de Road movie de terror hasta llegar a un tercer acto que es todo un micro-homenaje a uno de los pilares del horror noire: ‘La noche de los muertos vivientes‘ (Night of the Living Dead, 1968). Además, tiene una cuidada ambientación en la Norteamérica segregada, con asombrosas recreaciones en movimiento de la serie de fotografías ‘Segregation Story’ (1956) de Gordon Parks y otras como ‘American Way of Life’ (1935) de Margaret Bourke-White.