Reconozco que no esperaba nada de lo que encontré aquel cinco de diciembre de 2014 en una sala de cine en medio de Europa. No tenía pensado ir al cine, pero llovía a mares, hacía frío y estaba delante del cine. Pues oye, vamos a ver esta movida de acción cortita con Keanu Reeves. No lo sabía, pero la leyenda de ‘John Wick‘ empezaba a recorrer el mundo. Si no sabes de qué te hablo, esta noche tienes en Antena 3 una de las películas clave para entender el nuevo cine de acción.
Un nuevo héroe
Entre la serie b de la Cannon más justiciera y la sofisticación extrema del nuevo cine de arte y ensayo (y hostias), ‘John Wick’, una modesta producción de 20 millones de dólares, recaudaba casi 90 a nivel global. El tirón de Keanu Reeves, uno de los seres humanos más queridos de internet, junto a la acción más increíble que habíamos visto en una sala de cine (los que tuvimos esa suerte), hicieron de ella el título estrella del momento.
Chad Stahelski, director de la película junto a un no acreditado David Leitch, conocía a la perfección a la estrella, puesto que había sido su doble en la trilogía ‘Matrix‘, aunque según el propio Reeves en esta ocasión él mismo se había encargado del 90% de las escenas peligrosas de una película para la que no estábamos preparados.
Como si ‘Commando‘ y ‘Crank‘ hubieran concebido un descendiente después de ir al cine a ver un programa doble formado por ‘The Killer’ y ‘Die Hard 2’ en la primera cita.
A pesar de su sencillez, la película funciona perfectamente por varias razones. La más importante, y eso es algo que su estrella domina a la perfección, es que nunca se toma en serio y se permite momentos tan divertidos como improbables. En segundo lugar, y tan importante o más que ningún otro, porque las escenas de acción están perfectamente coreografiadas, ya sean tiroteos o cuerpo a cuerpo. Reeves, además, pasó por cuatro meses de entrenamiento intensivo, permitiendo a los directores estar lo más cerca posible de él y metiéndonos de lleno en la acción.
Muerto el perro, comenzó la rabia
Uno de los detalles más curiosos de la película está en un reparto de actores 100% HBO: Alfie Allen (‘Juego de Tronos‘), Dean Winters (‘Oz’) o Lance Reddick y Clarke Peters (‘The Wire‘). Por si fuera poco John Leguizamo, Willem Dafoe, Michael Nyqvist e Ian McShane y Adrianne Oalicki (‘Friday Night Lights’) redondean esta modesta pero salvajemente espectacular propuesta.
A la estrella le costó años salir del tormento que supuso rechazar la secuela de ‘Speed‘, pero tampoco fue sencillo quitarse el sambenito de ‘Matrix’. Siendo honestos, ‘John Wick’ es un milagro. Un título, una historia y unos aires de serie b dirigida por dos especialistas que debutaban como directores daban un total de cero esperanzas a nadie, más teniendo en cuenta que ninguna gran productora estaba detrás de la propuesta. Por desgracia no parece que los grandes estudios hayan aprendido del todo la lección.
Jugando inteligentemente con la empatía del espectador (mujer enferma, mascota fallecida) y rejuveneciendo viejos clichés de otra época, ‘John Wick’ es un fantástico ejercicio de estilo, una pieza de cámara fina, elegante, donde el cine de acción se reinventa y aproxima a otros medios más gráficos. Las ejecuciones y combos del héroe en acción no se parecen a nada que hayamos visto en una película. Esa parte de adrenalina pura, de partida a videojuego criminal de última generación, es muy importante aquí.
‘John Wick (Otro día para matar)’ supuso el arranque de una saga que cuenta ya con tres películas y que inevitablemente ha perdido en efervescencia y encanto todo lo que ha ganado en grandilocuencia, tanto de la necesaria (sus aperturas y sus intenciones) como de la innecesaria, ampliando su universo de manera algo burda, aunque se lo podemos perdonar todo, porque en el fondo, a pesar de lo bien que se viste no deja de ser otra estúpida película de venganzas. Y lo sabes.