Espen Andersen Bråthen está detenido en un centro médico. Foto: AFP.
La investigación abierta tras la matanza con arco y flechas en Noruega refuerza la tesis de que se trató de un acto motivado por “la enfermedad” mental del sospechoso, que fue puesto en detención preventiva en un centro médico y será sometido a un examen psiquiátrico completo, informó hoy la policía del país escandinavo.
“La hipótesis que más se afianza tras los primeros días de investigación es la de la enfermedad como telón de fondo”, explicó el inspector Per Thomas Omholt en una conferencia de prensa, dos días después del ataque que causó cinco muertos y tres heridos.
“Pero dejamos la puerta abierta a otras hipótesis”, agregó el funcionario, quien señaló que la policía había barajado en un principio otros posibles móviles como “la ira, la venganza, el impulso, la yihad, la enfermedad y la provocación”.
Estas declaraciones refuerzan las dudas que existían sobre el estado psiquiátrico, y por ende de la responsabilidad penal, de Espen Andersen Brathen, quien admitió haber cometido el ataque y expresó la disposición a cooperar, pero no reveló los motivos por los cuales cometió el crimen.
La fiscalía solicita al atacante cuatro semanas de prisión preventiva con prohibición de visitas y correspondencia”
Un tribunal noruego dictó este viernes prisión preventiva de cuatro semanas para Brathen, aunque la fiscal Ann Iren Svane Mathiassen precisó que sería puesto bajo detención en un centro médico debido a su estado de salud.
“El acusado fue entregado al servicio de salud; teniendo en cuenta el examen de su estado, esta fue la mejor solución”, dijo Mathiassen en sus declaraciones a la cadena NRK.
Al mismo tiempo, destacó que la decisión de las autoridades sanitarias no afectará al juicio que debe definir la medida cautelar para el atacante, convertido al Islam desde hace unos años.
“Esto solo afecta dónde estará durante la detención preventiva”, explicó.
La fiscalía solicita al atacante cuatro semanas de prisión preventiva con prohibición de visitas y correspondencia. También se someterá a un examen psiquiátrico completo, cuyas conclusiones tardarán varios meses.
Si bien para las autoridades noruegas el ataque lleva la marca de un “acto terrorista”, no descartan tampoco la posibilidad de que el sospechoso padezca problemas mentales.
Brathen, que probablemente actuó solo según las fuerzas de seguridad, mató a cuatro mujeres y un hombre en varios lugares de Kongsberg, una pequeña ciudad de 25.000 habitantes a unos 80 km al oeste de Oslo.
“Somos vulnerables. Podemos recibir ayuda por parte de la policía o de los servicios de inteligencia, pero en el fondo la resistencia se encuentra en las comunidades”, declaró el nuevo primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, durante un desplazamiento al lugar de los hechos.
Junto al ministro de Justicia, depositó flores y velas en los distintos puntos en que se produjeron las muertes, reportó la agencia de noticias AFP.
El sospechoso, de 37 años, estaba en la lista de personas “fichadas” por los servicios de inteligencia noruegos por radicalización, pero por el momento han trascendido pocas informaciones sobre ello, aunque la radiotelevisión pública NTK aseguró que habían sido alertados sobre su perfil en 2015.