‘Kingsman: Servicio Secreto’ es una de las mejores películas de acción de la pasada década. Matthew Vaughn estuvo increíblemente inspirado llevando el cómic de Mark Millar y Dave Gibbons a la gran pantalla para dar forma a un pasatiempo modélico y con mucha personalidad. Apenas dos años llegaba ‘Kingsman: El círculo de oro’, una secuela entretenida pero mucho más irregular y que no terminaba de manejar con soltura los excesos en los que caía de forma constante.

Por ello, reconozco que tampoco me moría de ganas por ver ‘The King’s Man: La primera misión’, una precuela llamada a indagar en los orígenes de esa misteriosa organización británica. Quizá por ello la sorpresa ha sido aún mayor, pues se trata de la última gran película que llegará a los cines españoles este 2021, donde realizará su debut el próximo 29 de diciembre.

Cogiendo el tono

El prólogo de de ‘The King’s Man: La primera misión’ es los menos inspirado de la función, ya que la película parece entonces más un drama al uso que cualquier otra cosa, sintiéndose incluso bastante convencional a la hora de abordarlo. Es algo necesario para lo que luego será la primera, tanto para sentar las bases del viaje emocional de sus dos protagonistas como para dejarnos claro que el tono por el que va a emplear Vaughn es diferente al de las otras dos películas de la saga.

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Lo que quiero decir con eso es que Vaughn deja de lado aquí ese elemento más juvenil asociado al personaje de Taron Egerton para optar por un enfoque algo más adulto, ya sea para incidir en las dudas del personaje interpretado por Ralph Fiennes para valerse de la violencia o de la frustración de su hijo en la ficción (Harris Dickinson) por no dejarle valerse por sí, como si sintiera que su hombría está siendo castrada.

The Kings Man La Primera Mision Ralph Fiennes

Dicho así puede parecer que ‘The King’s Man: La primera misión’ tiene un enfoque muy dramático, pero lo cierto es que simplemente es algo que se va integrando dentro de un tono mucho más desenfadado y juguetón, algo que se percibe desde en algunas transiciones entre escena y escena utilizadas por Vaughn hasta por esa hábil integración de una lógica más cercana al cómic que permite valerse de soluciones argumentales que en otras situaciones serían casualidades descabelladas.

Eso es algo que le cuesta un poco equilibrar a Vaughn, ya que inicialmente puede dar la impresión de que va un poquito acelerada, pero al mismo tiempo sintiéndose muy cómodo. Es como si estuviera en una recta en una autopista sin nadie por delante y fuera unos 10 kilómetros por hora por encima del límite permitido. Muchos quizá ni lo noten, para algunos incluso se podría ir más rápido, pero lo suyo sería bajar un poquito las revoluciones.

Velocidad de crucero

The Kings Man La Primera Mision Rasputin

Poco tarda Vaughn en alcanzar una velocidad idónea en la que hay espacio para secuencias emblemáticas -ese combate contra el sensacional Rasputín interpretado por Rhys Ifans es inolvidable-, varias sorpresas -de las que obviamente no pienso desvelar nada-, un inteligente desarrollo de personajes y un equilibrio perfecto entre su lado más lúdico -ahí hasta se retuerce la historia real a su antojo de forma muy efectiva- y el hecho de que realmente es aquí cuando ese universo de espías ingleses está dando sus primeros pasos.

De hecho, ese toque más excesivo suele estar más asociados a los villanos, pero sin deleitarse más de la cuenta en nada. Ahí el guion firmado por el propio Vaughn junto a Karl Gajdusek está muy inspirado dando con el toque justo entre amenaza y comedia para dejar claro por qué la existencia de una organización así era necesaria. Es increíble que al mismo tiempo se pueda sentir algo como cercano a la bufonería y como un peligro mortal sin que desentone. Eso es algo que se extiende a toda la película, pues nunca se deja de lado su naturaleza de pasatiempo, pero también se sabe dar con una hondura emocional inesperada.

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A cambio, hay algo más de sobriedad en el lado de los héroes, pero no tanto para buscar algo parecido a la seriedad como para que el contrapunto entre bien y mal esté aún más marcado. Además, la película va integrando ahí de forma paulatina un elemento más cómico esencial para que ‘The King’s Man: La primera misión’ termine de encontrarse a sí misma y nos deje con muchas ganas de ver cómo continúa la historia de sus protagonistas.

The Kings Man La Primera Mision Escena

Todo ello buen apoyo visual de Vaughn, uno de los directores de Hollywood que mejor manejan las escenas de acción actualmente, sabiendo dotarlas de una gran energía a través del manejo de la cámara y de un uso inteligente del montaje. Aquí nunca da la sensación de que se nos quiere dar gato con liebre, porque la película consigue esa energía vital para meternos de lleno en las escenas de peligro, demostrando que incluso algo tan tradicional como una combate con espadas puede ser mucho más vibrante que cualquier batalla de una cinta de superhéroes.

Tampoco me quiero olvidar reparto, todos ellos muy bien elegidos y adaptándose a sus personajes de maravilla, ya sea desde un enfoque más contenido como Fiennes y, sobre todo, Dickinson o con un toque más desmelenado, como Ifans o Tom Hollander en un triple personaje, coqueteando siempre con la caricatura.

En resumidas cuentas

The Kings Man La Primera Mision Cartel

‘The King’s Man: La primera misión’ es un pasatiempo genial que ofrece diversión de primera al espectador sin por ello permitir que todo valga, pues, por ejemplo, el arco de personaje de Fiennes ya lo querrían para sí muchas de esas películas de temporada de premios. Aquí el mejor premio que puede tener es arrasar en taquilla, y argumentos para conquistar al público no le faltan.