El primer ministro de Pakistán, Imran Khan, fue destituido en una moción de censura parlamentaria, tras varias semanas de crisis política en este país del sur de Asia.
El presidente interino de la Cámara, Sardar Ayaz Sadiq, indicó que “la moción de censura fue aprobada”, después de haber recogido una mayoría de 174 votos sobre un total de 342 escaños.
Khan, de 69 años, quien no estaba presente en la votación, intentó todo tipo de maniobras para mantenerse el poder, incluyendo la disolución de la Cámara y la convocatoria de nuevas elecciones en tres meses por “injerencia extranjera”.
Pero la Corte Suprema declaró ilegal esta medida la semana pasada y ordenó al Parlamento que se votara la moción de censura.
La tensión seguía siendo muy alta durante el día de la votación, con una fuerte presencia de fuerzas de seguridad en la capital, Islamabad.
En el último momento, el presidente de la Asamblea y su adjunto, aliados de Khan desde el inicio de la crisis, se vieron obligados a dimitir tras haber intentado impedir que se llevara a cabo la votación.
Otro parlamentario tomó su puesto y la moción se votó sin los diputados del partido de Khan, el Movimiento por la Justicia de Pakistán (PTI), que abandonaron la Cámara.
Ningún jefe de Gobierno concluyó su mandato en Pakistán desde la independencia del país en 1947, pero Khan es el primero en caer por el voto de una moción de censura parlamentaria, apuntó la agencia de noticias AFP.
El Parlamento no indicó hasta el momento cuándo designará a su sucesor, aunque el líder de la oposición, Shehbaz Sharif, se erige con fuerza como el candidato para dirigir a este país de 220 millones de habitantes y de población mayoritariamente musulmana.
En un mensaje a la nación el viernes, Khan aseguró “aceptar la resolución de la Corte Suprema” pero volvió a repetir sus acusaciones de los últimos días, en las que afirma ser víctima de una conspiración urdida por Estados Unidos.
Khan acusó a la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) y al Partido del Pueblo Paquistaní (PPP), los dos partidos que dominaron durante décadas (junto al ejército) la vida política del país, de negociar con Estados Unidos su salida del poder, algo que Washington niega.
Según Kahn, Estados Unidos lo tendría en la mira por sus críticas a la política estadounidense en Irak y Afganistán. Unas críticas que se agravaron tras su visita a Moscú el mismo día que inició el conflicto en Ucrania.
El mandatario, una antigua estrella del cricket (el deporte nacional), fue elegido primer ministro en 2018 con la promesa de acabar con décadas de corrupción y amiguismo, pero tuvo que gestionar la debilidad de la divisa nacional, una inflación persistente y el peso de la deuda pública.
Además de los problemas económicos, la seguridad también es un desafío, con los talibanes paquistaníes envalentonados por la toma del poder de este grupo islamista en el vecino Afganistán.
Las últimas semanas, Pakistán vivió una tensión política que no se veía en años, marcada multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del primer ministro, denunciado por la alianza opositora del Movimiento Democrático de Pakistán (MDP) como un “títere” del Ejército, según la agencia Europa Press.
El ejército, un actor clave en la política de un país que pasó tres décadas bajo un régimen militar (y al que se acusó de apoyar a Khan en 2018), no se pronunció públicamente en los últimos días.