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El joven detenido como autor del tiroteo que este fin de semana dejó cinco muertos en una discoteca de Colorado Springs, en el oeste de Estados Unidos, fue imputado este lunes de cinco cargos de asesinato y otros tantos de lesiones causados por delitos perpetrados con algún tipo de motivación, mientras se investiga si fue un ataque dirigido contra la comunidad LGTBI.

La Fiscalía estatal de Colorado dio los primeros pasos contra Anderson Lee Aldrich, de 22 años, que actuó supuestamente solo y disparó de forma indiscriminada a los clientes de la discoteca, matando a cinco personas, antes de ser neutralizado por dos clientes, informó la agencia de noticias DPA.

John Suthers, el alcalde de Colorado Springs, declaró a la cadena NBC que, aunque el motivo todavía se estaba investigando, “ciertamente tiene las características de un crimen de odio”.

Los habitantes de la ciudad de Colorado Springs, en el oeste de Estados Unidos, lloraban este lunes a las cinco personas muertas en el tiroteo en el club nocturno, que ocurrió en plena celebración del Día de la Memoria Transgénero y en un país dividido acerca de la posesión de armas de fuego, con cifras récord de fallecidos en este tipo de hechos violentos .

Veinticinco personas resultaron heridas, algunas aún en estado crítico el lunes, dijeron las autoridades sobre el incidente ocurrido en esta localidad del estado de Colorado al pie oriental de las Montañas Rocosas.

Cuando el atacante irrumpió, acababa de realizarse un espectáculo travesti con motivo del Día de la Memoria Transgénero, dedicado a las víctimas de la violencia transfóbica y celebrado internacionalmente el 20 de noviembre.

La masacre, que solo duró unos minutos, terminó gracias a la heroica intervención de dos personas que enfrentaron al sospechoso, según la policía.

Un hombre agarró el rifle del atacante y lo golpeó con él antes de tirarlo al suelo, detalló el alcalde de Colorado Springs, John Suthers, al diario The New York Times.

Esta tragedia tiene lugar en un contexto de tensiones políticas sobre las personas transgénero, especialmente durante las recientes elecciones de medio mandato. 

Pero no es la primera matanza de este tipo en Estados Unidos.

El 12 de junio de 2016, el estadounidense de origen afgano Omar Mateen mató a 49 personas e hirió a otras 50 en un club gay en Orlando, Florida, en el sureste del país.

Este enésimo tiroteo también muestra la alta mortalidad vinculada a las armas de fuego en un país donde circulan en grandes cantidades.

En Estados Unidos se registraron 601 tiroteos masivos desde principios de 2022, según la organización Gun Violence Archive, que define un tiroteo masivo a partir de cuatro muertos o heridos por arma de fuego, sin contar al tirador.

Pero cualquier intento de una legislación de armas de fuego verdaderamente vinculante choca con el cabildeo de la Asociación Nacional del Rifle (ANR), que ejerce una influencia considerable en Washington.

Desde 2006, ha habido 523 asesinatos en masa y 2727 muertes hasta el 19 de noviembre, según una base de datos sobre asesinatos en masa en EE. UU.