Nadie
quería
a
Pat
Morita
haciendo
del
Profesor
Miyagi.
Aunque
ahora
ninguno
de
nosotros
puede
imaginarse
Karate
Kid
sin
su
cara
y
sin
el
mítico “Dar
cera,
pulir
cera”,
lo
cierto
es
que
a
mediados
de
los
años
80
los
productores
querían,
sí
o
sí,
a
Toshiro
Mifune,
el
actor
de
Los
siete
samuráis
o
Rashomon.
Morita
estaba
demasiado
unido
a
un
personaje
de
sitcom
(Días
felices)
y
le
costó
conseguir
el
papel.
Eso
sí,
una
vez
le
vieron
en
la
gran
pantalla,
nadie
pudo
volver
a
quejarse.
Pulir
cera
La
película
llegó
en
el
momento
adecuado:
los
Estados
Unidos
estaban
metidos
de
lleno
en
una
moda
del
kung-fu
y
el
kárate,
que
ya
llevaba
una
década
abriendo
dojos
a
lo
largo
y
ancho
del
país,
y
su
exitazo
en
taquilla
solo
la
incentivó.
Lo
que
nadie
imaginaba
es
que
cuarenta
años
después
de
su
estreno
la
saga
aún
estaría
de
plena
actualidad
gracias
a
Cobra
Kai,
la
serie
de
cinco
temporadas
que
sigue
a
los
personajes
décadas
después
de
Karate
Kid.
La
serie
es
mucho
más
profunda,
seria
y
enriquecedora
que
las
películas
originales,
o
eso
se
podría
creer
si
no
se
presta
atención
a
la
tristísima
historia
de
Miyagi:
cuando
Daniel
lee
la
carta
que
su
profesor
llora
mientras
está
leyendo,
menciona
que
su
mujer
murió
al
parir
en
el “Centro
de
Reubicación
de
Manzanar”.
Así
de
primeras
puede
que
no
te
suene
a
nada,
pero
fue
un
campo
de
concentración
estadounidense
donde
retuvieron
a
120.000
japoneses
a
lo
largo
de
la
II
Guerra
Mundial.

Columbia
Pictures
El
campo
duró
tres
años
abierto
en
California,
desde
1942
hasta
1945,
y
en
su
momento
de
mayor
auge
llegó
a
albergar
a
10.000
presos.
No
eran,
bajo
ningún
concepto,
campos
de
exterminio,
pero
sí
que
las
condiciones
eran
bastante
duras.
Vergüenzas
de
nuestra
historia
desveladas
de
manera
inesperada
por
Karate
Kid.
Esa
no
la
visteis
venir,
¿eh?