Richard
Gere
nunca
ha
ocultado
que
no
adora
su
mayor
éxito,
pero
ocurre
lo
contrario
con
una
película
relativamente
desconocida
de
2016
Uno
de
los
galanes
indiscutibles
de
Hollywood
en
los
años
90,
si
por
algo
es
conocido
Richard
Gere
es
por
la
comedia
romántica
por
antonomasia
que
coprotagonizó
junto
a
Julia
Roberts
en
1990.
Sin
embargo,
ni
Pretty
Woman
ni
la
también
exitosa
Novia
a
la
fuga
en
la
que
también
compartió
cartel
con
Roberts
en
1999
son
sus
favoritas.
Es
más,
el
actor
ha
reconocido
en
alguna
que
otra
ocasión
que
no
se
siente
especialmente
orgulloso
de
la
película
de
Gary
Marshall,
que
describió
como “una
comedia
romántica
tonta”
en
una
entrevista
a
a
la
revista
australiana
Woman’s
Day.
Por
mucho
que
le
asociemos
con
las
mencionadas
películas
y
otras
como
Oficial
y
caballero,
la
realidad
es
que
Gere
es
mucho
más
versátil
de
lo
que
a
veces
recordamos
y,
a
sus
74
años,
lleva
a
sus
espaldas
una
carrera
que
abarca
casi
cinco
décadas
en
la
que
ha
interpretado
muchos
más
y
diversos
papeles
que
los
héroes
románticos
de
turno.
Desde
a
un
policía
corrupto
en
Asuntos
sucios
hasta
un
sórdido
banquero
de
Wall
Street
en
El
fraude,
pasando
por
un
vagabundo
en
Invisibles.
Sin
embargo,
la
película
que
el
propio
actor
considera
sus
mayores
logros
no
es
ninguna
de
las
mencionadas:
cuando
el
sitio
web
de
cine
estadounidense
Rotten
Tomatoes
le
preguntó
sobre
sus
cinco
favoritas
de
la
historia
del
cine,
Gere
nombró
algunos
títulos
como
El
festín
de
Babette,
Ladrón
de
bicicletas
o
la
obra
maestra
del
cine
mudo
Amanecer,
pero
también
dos
de
sus
propias
películas.
Además
del
visualmente
impresionante
melodrama
de
Terrence
Malick
Días
del
cielo,
también
Gere
se
muestra
muy
muy
orgulloso
de
una
de
sus
películas
más
recientes,
pero
también
desconocidas:
el
drama
político
Norman,
el
hombre
que
lo
conseguía
todo,
que
protagonizó
en
2016
junto
a
Michael
Sheen,
Steve
Buscemi
y
Charlotte
Gainsbourg,
entre
otros.
En
la
película,
Gere
interpreta
al
pequeño
empresario
Norman
Oppenheimer,
que
vive
solo
en
Nueva
York
y
que
aún
sueña
con
alcanzar
el
éxito
pese
a
que
sus
grandes
planes
nunca
salen
adelante.
Cuando
el
político
israelí
Micha
Eshel
(Lior
Ashkenazi)
regresa
a
los
EE
UU
como
Primer
Ministro,
reconoce
a
Norman
por
su
primer
encuentro
en
el
pasado,
cuando
este
le
regaló
un
par
de
zapatos
pecaminosamente
caros
y
eso
le
hace
ganar
reconocimiento
y
respeto,
pero
también
le
trae
algunos
problemas.
Norman
es
probablemente
la
elección
de
reparto
menos
obvia
que
podrías
hacer
para
mí.
Creo
que
por
eso
terminó
siendo
una
experiencia
tan
maravillosa.
Me
he
aventurado
en
un
territorio
completamente
nuevo,
por
así
decirlo.
[…]
Siento
que
es
el
tipo
de
película
que
hace
que
las
conversaciones
durante
la
cena
sean
interesantes
Aunque
la
película
no
es
muy
conocida,
SensaCine
le
otorgó
3
estrellas
de
5
en
su
día: “Richard
Gere
abraza
con
entusiasmo
uno
de
los
papeles
más
interesantes
de
la
última
etapa
de
su
carrera”.