Era
un
verdadero
duelo
entre
dos
rivales
directos
por
la
pelea
de
la
zona
roja,
la
del
fondo
de
la
tabla
general.

Tigre

y

Central
Córdoba

se
están
disputando
el
último
lugar,
ese
que
al
final
del
año
definirá
qué
equipo
descenderá
a
la
Primera
Nacional.

Tigre
madrugó
al
conjunto
santiagueño
convirtiendo
el
gol
más
rápido
en
la
historia
del
Matador,
pero
se
replegó
demasiado
en
el
segundo
tiempo
y
la
visita
se
lo
empató
y
casi
se
lo
da
vuelta
sino
fuera
por
un
atajadón
de
Felipe
Zenobio.


El
1-1,
que
terminó
con
un
expulsado
por
lado
,
no
le
sirve
para
despegar
del
fondo
a
ninguno
de
los
dos,
aunque
los
dirigidos
por
el
colombiano
Lucas
González
se
fueron
con
un
sabor
más
dulzón
al
sumar
su
primer
punto
en
el
torneo.

Apenas
19
segundo
tardó
el
local
en
hacer
el
primero
de
la
atípica
primaveral
noche
de
invierno
en
Victoria.
Central
Córdoba
sacó
del
medio
tras
el
pitazo
inicial
y
buscó
un
pelotazo
largo.
Martín
Ortega
la
devolvió,
Gonzalo
Maroni
anticipó
en
la
mitad
de
la
cancha
y
Blas
Armoa
habilitó
a
Florián
Monzón.
El
delantero
le
ganó
la
espalda
a
Yonatthan
Rak
por
la
derecha,
enganchó
y

tiró
un
centro
¡de
rabona!

para
asistir
a
Tomás
Galván
que
entró
de
cabeza
en
el
segundo
palo.

Ese
golazo
a
los
19
segundos
de
juego
fue
el
más
veloz
de
la
historia
de
Tigre
ya
que
superó
al
tanto
de
Edgardo
Paruzzo
a
Huracán
a
los
20
segundo,
en
1987.

Parecía
que
Tigre
se
lo
devoraba
al
cuadro
norteño.
Mucha
intensidad
aplicó
en
una
buena
primera
parte.
Sin
embargo,
se
quedó
en
el
complemento.
Se
olvidó
de
atacar
y
lo
terminó
pagando
a
precio
blue.

Central
Córdoba
mejoró
con
los
cambios
y
de
la
mano
de
una
de
sus
caras
nuevas,
Luis
Angulo,
llegó
a
la
igualdad
merecida.
Los
minutos
finales
fueron
de
ida
y
vuelta,
pero
todo
quedó
empardado.


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