La
famosa
película
acaba
de
cumplir
30
años
pero
sigue
siendo
una
de
las
mejores
del
cineasta
Han
pasado
30
años
desde
el
estreno
de
Pulp
Fiction
y
estamos
a
la
espera
del
ocaso
de
Quentin
Tarantino
como
director
(o
eso
dice
él,
al
menos),
pero
su
segunda
película
pervivirá
en
la
historia
como
una
de
las
películas
más
sorprendentes
del
siglo
XX.
Y
eso
que
estuvo
a
punto
de
ser
completamente
diferente
a
lo
que
conocemos:
originalmente,
Vincent
Vega
iba
a
ser
Michael
Madsen,
que
ya
hizo
de
su
hermano,
Vic
Vega,
en
Reservoir
Dogs,
pero
decidió
hacer,
en
su
lugar,
Wyatt
Earp.
Lleva
desde
entonces
arrepintiéndose
de
haberle
regalado
a
John
Travolta
el
papel
más
reconocible
de
toda
su
vida.
¡Esto
no
se
entiende!
Además,
el
jefazo
de
Tristar,
Mike
Medavoy,
que
había
financiado
la
película,
ni
la
entendía
ni
quería
meter
en
ella
a
un
personaje
que
se
metiera
heroína.
De
hecho,
llegó
a
decir
que
era
el
peor
guion
que
había
leído
en
su
vida
porque
no
tenía
sentido
(al
no
entender
la
estructura
en
actos
desordenados).
Llegó
a
decir
que
era
“demasiado
larga,
demasiado
violenta
e
imposible
de
rodar”.
Miramax
tomó
su
lugar,
acabó
ganando
el
Óscar
a
mejor
guion
y
recaudando
26
veces
lo
que
costó.
Haced
cuentas.
Quizá
no
hubiera
sido
así
si
Tarantino
se
hubiera
quedado
con
la
versión
original
del
guion,
que
era
incluso
más
violenta.
Sí,
más.
En
la
escena
final,
según
el
libreto,
cuando
Tim
Roth
abre
la
maleta,
Marcellus
Wallace
iba
a
tirar
a
Honey
Bunny
del
bar
y
matar
a
su
novio
de
manera
casi
gore,
solo
para
cortar
a
él
diciendo
“No
mates
a
nadie”,
haciendo
ver
que
formaba
parte
de
su
imaginación.
Al
final,
esta
es
la
única
parte
que
quedó
en
el
metraje,
tristemente.
Pulp
Fiction
acabó
ganando
la
Palma
de
Oro
en
Cannes,
las
críticas
fueron
increíbles
y
se
estrenó
por
todo
lo
alto
en
Estados
Unidos,
desoyendo
la
forma
habitual
en
la
que
se
distribuían
las
películas
indies
(aumentando
las
copias
poco
a
poco
tras
un
estreno
limitado).
El
resultado
ya
lo
conocemos:
cambió
para
siempre
la
historia
del
cine
independiente,
dio
lugar
a
una
época
de
herederos
de
Tarantino
y
causó
que
cada
estudiante
de
cine
del
mundo
tuviera
el
póster
con
Uma
Thurman
colgado
de
su
habitación.
Y
sí,
si
has
estudiado
cine
sabes
perfectamente
de
lo
que
estoy
hablando,
¿verdad?