En
su
día,
Antena
3
le
encontró
cierto
gustillo
a
lo
de
adaptar
tebeos
de

Francisco
Ibáñez

pero
cambiando
los
nombres
y
las
situaciones.
A
nadie
se
le
escapa
que


Aquí
no
hay
quien
viva

jamás
habría
existido
sin

13
Rue
del
Percebe

y
que,
al
fin
y
al
cabo,


Manos
a
la
obra

tomaba
mucha
inspiración
de

Pepe
Gotera
y
Otilio
(chapuzas
a
domicilio)
.
Vamos,
que
solo
faltaba
que
hubieran
hecho
la
historia
de
dos
agentes
secretos,
uno
calvo
y
otro
de
dos
pelos.
Ambas
series
funcionaron
tan
bien
como
los
cómics
originales
y
duraron
años
en
cartel.

Tanto,
que
les
dio
tiempo
a
presentar
a
auténticas
estrellas
del
mañana.

Clara
a
la
obra

Fue
en
el
episodio
22
de
la
tercera
temporada,
titulado

Pobre
niña
rica

y
que
iba
a
ser
uno
más
de
los
muchísimos
que
emitían
cada
año,
cuando

una
joven
actriz,
que
llegó
al
rodaje
gracias
a
una
amiga
de
su
padre,
que
trabajaba
en
una
productora,
hizo
su
primer
papel
.
Se
llamaba

Clara
Lago
,
tenía
diez
añitos
y
lo
que
nadie
sabía
es
que
estaba
destinada
a
estar
nominada
al
Goya
tan
solo
dos
años
después
por


El
Viaje
de
Carol
.

Para
entonces
ya
se
había
convertido
en
una
cara
más
o
menos
conocida
de
los
telespectadores,
porque
en
el
mismo
año
2000,
pero
en
septiembre,
hizo
su
primera
aparición
en


Compañeros
,
donde

interpretó
a
Desirée,
la
novia
de
Lolo,
que
después
de
la
sexta
temporada
volvería
de
manera
esporádica

hasta
despedirse
en
la
temporada
9.
Ese
mismo
año
consiguió
su
primer
papel
protagonista
en
cine,
y
el
resto
es
historia.

A
los
24
años,
Lago
fue
la
protagonista
de


Ocho
apellidos
vascos
,
aún
ahora
la
película
española
más
taquillera
de
la
historia,
y
repitió
el
año
siguiente
con


Ocho
apellidos
catalanes
,
la
tercera
en
el
ranking.
Vamos,
que
desde
entonces
no
ha
dejado
de
trabajar,
y

de
hecho
la
tenemos
ahora
mismo
en
los
cines
con




Un
lío
de
millones
.
Y
sus
padrinos
fueron
ni
más
ni
menos
que
Manolo
y
Benito.