Nadie
le
buscó
hasta
más
de
un
año
después,
pero
ya
había
sido
enterrado
en
una
tumba
sin
nombre

Walt
Disney

Es
probable
que
no
hayas
escuchado
su
nombre,
pero

Bobby
Driscoll

fue
un
niño
actor
estadounidense
que,
durante
los
años
40
y
50,
participó
en
varias
famosas
películas
Disney
de
aquella
época,
como


Canción
del
Sur

o


La
isla
del
Tesoro
,
y
también
prestó
su
voz
para
el
papel
principal
en
la
película
animada


Peter
Pan

de
1953.

Como
otros
conocidos
casos
de
niños
actores,

la
historia
de
Driscoll
pasó
del
éxito
a
la
decadencia
durante
sus
años
de
madurez,
encontrándose
con
el
peor
final
posible
en
1968,
cuando
fue
encontrado
sin
vida
en
un
edificio
abandonado

sin
ni
siquiera
ser
identificado.

Driscoll
había
comenzado
a
dar
sus
primeros
pasos
muy
joven,
con
pequeñas
apariciones
y
participaciones
cuando
apenas
tenía
seis
años,
y

su
talento
llamó
la
atención
de
Walt
Disney,

quien
le
proporcionó
sus
primeras
oportunidades
notables,
convirtiéndose
en
un

niño
prodigio

del
estudio.

Sin
embargo,
tras
el
éxito
de
sus
películas
más
conocidas,
la
adolescencia
se
convirtió
en
una
etapa
complicada
para
Driscoll,
quien
presentaba
un
caso
severo
de
acné
juvenil
que
requería
de
mucho
maquillaje
y,
en
última
instancia,
comenzó
a
suponer
un
problema
para
el
estudio
y
dejaron
de
contratarle.

Tras
desvincularse
de
Disney,
el
joven
actor
no
tuvo
mucho
más
suerte
en
otros
estudios
y
sus
oportunidades
fueron
disminuyendo.
En
los
estudios
las
cosas
no
le
fueron
mucho
mejor.
Además
de
sus
malas
notas,
en
el
instituto
donde
estudiaba
se
mofaban
de
su
fracaso
y
nunca
llegó
a
sentirse
integrado
con
sus
compañeros.
En
ese
periodo
comenzó
a
coquetear
con
la
droga.


Una
vez
graduado,
el
consumo
de
drogas
comenzó
a
ir
en
aumento
y
comenzaron
los
problemas
con
la
justicia.

En
1961
ingresó
en
un
centro
re
rehabilitación
y,
cuando
salió,
nunca
más
encontró
trabajo.


Su
final
fue
muy
triste
y
solitario:

se
mudó
a
Nueva
York
con
el
objetivo
de
intentarlo
de
nuevo,
pero
el
30
de
marzo
de
1968
su
cuerpo
sin
vida
fue
encontrado
por
dos
niños
que
jugaban
en
un
edificio
abandonado
del
East
Village.
Driscoll
había
fallecido
por
insuficiencia
cardíaca
derivada
del
consumo
de
drogas,
pero,

como
no
pudieron
identificar
el
cuerpo
y
nadie
lo
reclamó,
lo
enterraron
en
una
fosa
común
y
no
supieron
que
se
trataba
del
actor
hasta
que
más
de
un
año
más
tarde

su
madre
trató
de
encontrarle
para
que
pudiera
despedirse
de
su
padre
enfermo.

A
raíz
de
la
petición
de
su
madre
a
Disney
para
encontrarle,
una
coincidencia
de
huellas
dactilares
permitió
descubrir
el
trágico
destino
que
le
había
deparado
a
Driscoll,
cuyo
paradero
se
desconocía.