Un
año
más,
Alejandro
G.
Calvo
se
atreve
a
cubrir
el
reputado
certamen
francés.
Qué
comiencen
los
festejos

Ya
está
aquí
la
78ª
edición
del
Festival
de
Cannes.
Este
festival,
casi
octogenario,
regresa
con
Juliette
Binoche
como
presidenta
del
jurado
-en
mitad,
qué
casualidad,
del
juicio
contra
Gerard
Depardieu
por
agresión
sexual
en
el
que
ha
sido
condenado-.
Quedan
por
delante
dos
semanas
de
proyecciones
y
grandes
títulos
que
marcarán
el
panorama
cinematográfico
de
lo
que
queda
de
2025.
Al
frente
del
cañón,
de
nuevo,
Alejandro
G.
Calvo,
crítico
y ‘publisher’
de
SensaCine.
Ya
avisa,
“a
medida
que
vayan
pasando
los
días
igual
yo
mismo
me
voy
a
ir
deteriorando
terriblemente”,
y
nosotros
seremos
testigos
de
ese
deterioro
a
través
de
sus
cróncias
diarias.
La
primera:
un
pequeño
resumen
de
lo
que
está
por
venir
en
este
imponente
certamen
y
una
película
a
destacar,
Partir
un
jour,
la
inaugural.
De ‘Misión:
Imposible
–
Sentencia
final’
a
las
españolas ‘Romería’
y ‘Sirat’
Cannes
será
uno
de
los
primeros
sitios
donde
se
podrá
disfrutar
de
la
nueva
-¿y
última?-
Misión:
Imposible,
Sentencia
final. “Es
tan
importante
el
pase
que
van
a
volver
a
dejar
entrar
a
la
prensa
en
el
Gran
Teatro
Lumière,
que
es
el
megateatro,
el
megacine,
el
mejor
cine
del
mundo.
Además,
han
anunciado
que
tiene
Dolby
Atmos
con
lo
cual
va
a
ser
una
experiencia
brutal”,
avisa
G.
Calvo
desde
Francia.
Máxima
expectación,
por
lo
tanto,
con
este
pase.
Otro
de
los
puntos
fuertes:
Eddington,
de
Ari
Aster.
El
director
de
Midsommar
y
Beau
tiene
miedo
se
presenta
en
el
certamen
con
un
largometraje
del
que
apenas
tenemos
detalles.
Pero
tiene
a
Pedro
Pascal,
Emma
Stone,
Joaquin
Phoenix
y
Austin
Butler
como
protagonistas,
o
sea
que
no
pinta
mal
la
cosa. “Se
sabe
que
es
un
western
urbano
ultraviolento”
y
que
va
de
una
pareja
varada
en
un
pequeño
pueblo
de
Nuevo
México
donde
todos
parecen
amigables
hasta
que
cae
la
noche. “Western
malrollero,
a
mí
eso
ya
me
parece
tremendo”,
dice.
Otro
título:
Nouvelle
Vague,
de
Richard
Linklater.
Va
sobre
la
reconstrucción
del
rodaje
de
Al
final
de
la
escapada,
de
Godard.
Esta
cita “va
a
ser
importante
y
más
en
un
festival,
en
Cannes.
Hay
muchas
ganas
de
ver
qué
nos
puede
entregar
Linklater”.
También
hay
muchas
ganas
de
ver
Alpha,
de
Juliette
Ducournau,
después
de
Crudo
y
Titane. “Cuenta
la
tensa,
abrupta,
dramática
relación
entre
una
madre
y
una
hija
y
cómo
la
cosa
va
mucho
peor
a
partir
de
que
la
chica
llega
a
casa
con
un
tatuaje”,
resume.
Desde
Hollywood
también
llegan
la
última
de
Wes
Anderson,
La
trama
fenicia,
y
la
de
Spike
Lee,
Highest
2
Lowest.
Una
de
las
joyas
del
certamen
también
parece
ser
Dangerous
Animals,
de
Sean
Byrne,
y
Die,
My
Love,
de
Lynne
Ramsay,
que
apunta
a
ser
uno
de
los
estrenos
del
año
al
tener
a
Jennifer
Lawrence
y
Robert
Pattinson
como
protagonistas.
Dos
españolas
este
año
en
competición
oficial.
Por
un
lado,
Carla
Simón
con
Romería.
Su
tercer
largometraje
después
de
Verano
1993
y
Alcarrás
-que
ganó
el
Festival
de
Berlín-,
así
que “muchas
ganas
de
contaros
qué
tal
esta
historia
de
una
joven
huérfana
que
va
a
reencontrarse
con
su
familia
materna”.
Y
Oliver
Laxe,
que
presenta
Sirat.
Trance
en
el
desierto. “No
está
nada
mal
para
Oliver,
entrando
fuerte
en
la
competición
oficial
del
Festival
de
Cannes.
Lo
que
cuenta
es
como
un
padre,
al
que
da
vida
Sergio
López,
va
con
su
hijo
pequeño
al
sur
de
Marruecos
en
busca
de
su
hija
desaparecida”.
‘Partir
un
jour’,
la
película
de
inauguración
Amélie
Bonnin
dirige
la
cinta
elegida
para
abrir
el
festival,
“una
situación
nada
simpática”,
en
palabras
del
crítico,
porque
llegó
después
de
la
increíble
introducción
de
Quentin
Tarantino
-“si
entras
después
de
Tarantino,
ya
vas
mal”-.
Es “una
película
que
en
otras
condiciones
los
críticos
la
habríamos
valorado
más”.
Se
parece
un
poco
a
CODA,
sin
ser
tan
sentimental,
y
trata
la
crisis
de
la
mediana
edad
por
la
vía
del
musical.
No
es
que
bailen
o
canten
bien,
sino
que
usan
éxitos
pop
de
los
80
y
90
para
contar
la
historia,
un
poco
como
El
otro
lado
de
la
cama. “Es
una
película
que
no
tiene
fallos
en
sí
misma,
es
muy
pequeña,
simpática
y
bonita”,
señala, “es
como
ir
a
un
karaoke
pero
a
beber
oranginas”.
Queda
inaugurado
un
año
más
de
Cannes.
Empiezan
las
crónicas.