
Puede
que
ahora
nos
cueste
creerlo,
pero
a
inicios
de
los
años
80
Regreso
al
futuro
fue
rechazada
más
de
40
veces.
Ningún
estudio
quería
meterse
en
una
película
suicida
sobre
un
tema
tan
complejo
como
los
viajes
en
el
tiempo,
y
tan
solo
Steven
Spielberg
confiaba
en
el
guion
de
Robert
Zemeckis
y
Bob
Gale.
De
hecho,
cuando
estaban
a
punto
de
aprobar
la
película,
les
pidieron
una
serie
de
cambios
imposibles,
incluyendo
cambiar
el
título
por
otro:
Space
Man
from
Pluto.
Nadie
sabía
cómo
reaccionar
excepto
Spielberg,
que
respondió
a
los
cambios
diciendo
“Gracias
por
el
humor,
¡nos
hemos
reído
mucho!
Que
no
pare”.
No
tuvieron
el
cuajo
suficiente
como
para
reconocer
que
habían
metido
la
pata
y
la
película
siguió
adelante.
Paradojas
imposibles
Después
de
que
la
primera
parte
resultara
un
éxito
rotundo
(fue
la
película
más
taquillera
de
1985),
Zemeckis
y
Gale
tuvieron
vía
libre
para
hacer
dos
partes
más,
rodadas
al
mismo
tiempo.
Y
aunque
al
principio
pretendían
que
la
secuela
fuera
solo
una
aventura
más,
enseguida
se
dieron
cuenta
de
lo
divertido
que
era
jugar
con
las
paradojas
temporales.
Eso
sí,
en
ocasiones
no
supieron
controlarlas
del
todo.
De
hecho,
ambos
han
reconocido
un
error
en
Regreso
al
futuro
II:
cuando
Marty
y
Jennifer
desaparecen
de
1985
porque
Doc
les
lleva
al
futuro,
¿no
debería
eso
borrar
instantáneamente
sus
versiones
del
futuro?
Al
fin
y
al
cabo,
lo
que
la
saga
nos
indica
es
que
el
tiempo
fluctúa,
¿no?
Los
propios
creadores
han
declarado
que
es
lo
que
debería
haber
pasado,
pero,
al
mismo
tiempo,
no
podían
prometer
al
público
que
verían
a
sus
hijos
y
luego
descubrir
que
el
futuro
deja
de
existir
para
ellos
cada
vez
que
se
desplazan
desde
el
presente.
Sin
embargo,
encontraron
una
excusa
en
Regreso
al
futuro
III:
cuando
Doc
encuentra
la
tumba
en
1885
y
ve
que
el
nombre
inscrito
desaparece
pero
no
la
fecha,
afirma
que
la
foto
representa
lo
que
pasará
si
los
hechos
continúan
igual
hasta
el
día
siguiente,
sugiriendo
que
el
viaje
al
futuro
te
lleva
a
un
futuro
basado
en
el
presente
que
dejaste
atrás,
como
un
punto
fijo
en
el
tiempo.
El
futuro
es,
por
tanto,
variable,
pero
al
viajar
allí
siempre
se
tomará
como
base
el
momento
actual…
que
puede
variar
si
modificas
el
pasado.
Eh,
nadie
dijo
que
montarse
en
un
DeLorean
fuera
fácil.