Es
uno
de
los
errores
más
legendarios
de
la
historia
del
cine,
pero
puede
que
tenga
un
significado
mucho
más
profundo
Pictures
Pretty
Woman
es
uno
de
las
películas
más
míticas
de
la
historia
del
séptimo
arte.
Seas
fan
de
las
comedias
románticas,
o
no,
seguro
que
has
visto
en
más
de
una
ocasión
el
filme
protagonizado
por
Julia
Roberts
y
Richard
Gere.
De
hecho,
en
nuestro
país,
la
cinta
dirigida
por
Garry
Marshall
es
líder
de
audiencia
siempre
que
la
emiten
en
televisión
(y
van
decenas
de
veces).
Y
eso
que
está
disponible
en
Disney+.
Pero,
¿te
has
fijado
en
alguna
ocasión
que
tiene
uno
de
los
gazapos
más
incompresibles
de
la
historia
del
cine?
Minuto
32
de
Pretty
Woman,
momento
en
el
que
comienza
una
de
las
escenas
más
icónicas
de
la
película:
Vivian
(Roberts)
está
desayunando
con
Edward
(Gere).
Mientras
él
lee
el
periódico,
ella
coge
un
cruasán
y
le
da
un
mordisco
a
la
vez
que
habla
un
poco.
Hasta
ahí
todo
bien,
pero
lo
sorprendente
es
que
de
repente
(para
ser
más
exactos
en
el
minuto
32:10)
ocurre
la
magia.
Después
de
un
cambio
de
plano,
Vivian
ya
no
tiene
un
cruasán
en
la
mano,
sino
una
tortita.
Pero
la
magia
aún
no
ha
terminado.
la
protagonista
vuelve
a
morder
la
tortita,
a
la
que
ya
le
falta
una
esquina.
Sin
embargo,
tras
los
siguientes
cortes
(primero
en
Richard
Gere,
luego
de
nuevo
en
ella),
se
produce
el
siguiente
milagro:
la
tortita
vuelve
a
tener
el
mismo
aspecto,
es
decir,
el
último
trozo
mordido
ha
vuelto.
Touchstone
Pictures
Este
incomprensible
error
de
continuidad
en
una
película
de
culto
como
Pretty
Woman
ha
provocado
muchas
preguntas
a
los
fans.
¿Qué
significa
todo
esto?
¿Tal
vez
es
un
indicio
de
que
la
historia
de
la
prostituta
que
se
convierte
en
el
gran
amor
de
un
inversor
financiero
muy
rico
es
en
realidad
sólo
un
sueño
que
tiene
la
joven,
durmiendo
y
esperando
una
vida
mejor?
¿O
la
escena
indica
que
la
protagonista
tiene
poderes
mágicos
muy
especiales?
La
realidad
es
muy
diferente.
La
escena
se
montó
en
la
sala
de
montaje
a
partir
de
diferentes
tomas,
es
decir,
varias
grabaciones
de
las
mismas
conversaciones.
El
propio
Marshall
explicó
que
le
gustaba
más
la
interpretación
que
la
actriz
hacía
en
la
última
parte
de
la
escena,
por
lo
que
el
cruasán
acaba
convirtiéndose
en
una
tortita
que
ella
empieza
a
comer
a
medida
que
se
hacen
más
tomas.
Este
gazapo
de
Pretty
Woman
es
la
mejor
prueba
de
que
estos
errores,
que
se
analizan
y
señalan
rápidamente,
especialmente
hoy
en
día
con
las
redes
sociales,
no
son
un
gran
problema:
¡una
película
aún
puede
convertirse
en
un
clásico
popular
en
todo
el
mundo!
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