El Gobierno pretende llegar al 16 de marzo con toda la población adulta vacunada contra el coronavirus.
El parlamento de Israel aprobó una ley que permite al gobierno compartir las identidades de las personas no vacunadas contra el coronavirus con autoridades locales, lo que genera preocupaciones sobre la privacidad de quienes optan por no recibir la inmunización.
La medida otorga a los gobiernos locales y a ciertos funcionarios de los ministerios de Educación y de Bienestar Social el derecho a recibir los nombres, direcciones y números de teléfono de ciudadanos no vacunados.
El objetivo de la medida, válida por tres meses o hasta que se declare el fin de la pandemia, es “permitir que estos organismos alienten a las personas a vacunarse dirigiéndose personalmente a ellos”, argumentó el parlamento en un comunicado reproducido por la agencia de noticias AFP.
Israel, un país de nueve millones de habitantes, administró al menos una dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech contra el coronavirus, la única aprobada en su territorio, a más de 70% de su población, afirmó ayer el ministro de Salud, Yuli Edelstein.
Actualmente el país está restringiendo el acceso a ciertos servicios, incluidos gimnasios y cenas en el interior, solo a los vacunados, lo que generó críticas sobre desigualdades ante quienes ejercen su derecho a no ser inoculados.
Durante el debate sobre la medida, el líder del partido laborista Merav Michaeli acusó al primer ministro Benjamin Netanyahu de “negar a los ciudadanos su derecho a la privacidad de su información médica”.
Por el contrario, Haim Katz, del partido Likud de Netanyahu, defendió la ley como un medio para promover la vacunación.
“Me han preguntado qué hay de la privacidad de las personas: ¿es la privacidad más importante que la vida misma?“, dijo Katz a través de un comunicado en el que resalta que la información no incluiría nada más allá de la cuestión de si la persona fue vacunada o no.
En la misma línea, el gobierno de Israel no descarta imponer nuevas restricciones contra la pandemia del coronavirus tras el carnaval judío, Purim, que se celebra al final de esta semana y que es habitual que reúna a multitudes disfrazadas.
Al respecto, Netanyahu llamó a “no repetir” los sucesos del anterior Purim. “Podemos estar contentos, disfrazarnos, pero debemos respetar las reglas. Es muy importante porque estamos al final de la pandemia”, expresó el premier, según recogió The Times Of Israel, según la agencia Europa Press.
Asimismo, aseguró que estima que las autoridades sanitarias habrán vacunado a todos los adultos para el 16 de marzo, casi una semana antes de las elecciones parlamentarias, lo que habilitaría una reapertura completa para abril.
Por su parte, desde el Ministerio de Salud sostuvieron que no conocían la intención del primer ministro de revelar fechas de reapertura y que no tenían conocimiento del plan.
Hasta la fecha, prácticamente la mitad de los adultos israelíes recibieron al menos la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus y más de 3,1 millones las dos aplicaciones.
Desde el inicio de la pandemia, Israel registró 42.045 casos de la Covid-19 y 5.648 muertes.