Alexander Jesús Medina Reobasco y Alejandro Miguel Orfila Colmenares tienen mucho en común. Además de ser uruguayos y de haber nacido en la misma década con apenas dos años de diferencia (en 1978 el primero, en 1976 el segundo), construyen como entrenadores una incipiente carrera que iniciaron el mismo año: 2017.

Además, a Medina y Orfila –los dos con profusos antecedentes como jugadores– los une hoy que son los responsables de encarnar y conducir las ilusiones y ambiciones de Talleres y Belgrano, los dos clubes más populares de Córdoba, y lo hacen desde ideas emparentadas con la garra charrúa y con un protagonismo futbolístico donde lo único que se torna innegociable es la actitud.

Pero también, a los entrenadores de la “T” y la “B” los emparenta una cuestión muy particular: en el momento en que se convirtieron en DT de equipos cordobeses pasaron a ser parte de un selecto y pequeño grupo de directores técnicos extranjeros que han tenido la posibilidad de dirigir en nuestra provincia. A lo largo de la historia, fueron muy pocos los entrenadores nacidos fuera del país que trabajaron en nuestros clubes, con una particularidad: el primero fue un húngaro, Jozsef Korein, quien en 1948 se destacó en Instituto.

Hoy les toca a Medina, desde 2019, y a Orfila, desde hace un mes y medio, mostrar sus dotes conductivas en dos instituciones que, más allá de la categoría en la cual compitan, siempre tienen muy alta la vara de sus exigencias y pretensiones. Es más, el fin de semana pasado los equipos que dirigen fueron responsables de que cientos de miles de hinchas derrocharan sonrisas albiazules o celestes.

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En el Primer Plano de hoy, además de esta rareza extranjera, abordamos otra auspiciosa realidad: Instituto, Estudiantes (RC), Racing y Sportivo Belgrano, los otros clubes locales que compiten en las principales categorías de la AFA, les dieron chances a cuerpos técnicos bien cordobeses, formados por gente joven, preparada, que también hace ilusionar a su hinchada.

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