Para expresarlo de un modo acorde a estas fechas señaladas, podríamos decir que la meritocracia, salvo casos puntuales, son los padres. Vivimos en un mundo en el que en prácticamente todas las profesiones —aunque sea más visible en las mediáticas— se dan casos de nepotismo; una práctica que se remonta a la Grecia antigua y que en el Hollywood actual está a la orden del día… por mucho que lo niegue Kate Hudson.

Family matters

Durante una entrevista con The Independent, la actriz, que acaba de estrenar la fantástica ‘Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion’ ha dicho que no da la menor importancia a las crecientes críticas hacia el nepotismo en la Meca del cine y que, de hecho, no cree que haya tanto en la industria cinematográfica. Lo más gracioso de todo es que, recordemos, es hija de Bill Hudson y Goldie Hawn.

“Lo del nepotismo… No me importa. Miro a mis hijos y somos una familia de contadores de historias. Indudablemente, está en nuestra sangre. La gente puede llamarlo como quiera, pero no va a cambiarlo”.

Hudson continuó centrando su mirada sobre la industria del modelaje y la importancia del trabajo duro.

“Creo que hay otras industrias en las que es [más común]. ¿Tal vez en el modelaje? Veo en ese negocio mucho más de lo que veo en Hollywood. Algunas veces he estado en reuniones de negocios en las que estoy en plan, ‘Espera, ¿este de quién es hijo? ¡Esta persona no tiene ni idea!”. No me importa de dónde vengas o cuál sea tu relación con el negocio, si trabajas duro y lo clavas, no importa”.

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No vamos a negar la mayor y descartar la existencia de hijos e hijas de actores y actrices con gran talento que ya juegan en las grandes ligas —algo decían de palos y astillas—, pero el gran problema del nepotismo, bajo mi punto de vista, no tiene que ver con las capacidades, sino con la facilidad de contar con una primera —y, probablemente, segunda y tercera— oportunidad que otorga el apellido.