Beber diariamente varias botellas de Slivovitz —una bebida alcohólica centroeuropea similar al brandy— hasta el punto de llegar a la intoxicación durante la filmación de un largometraje parece una decisión que sólo puede traducirse en desastre, pero claro, cuando tu nombre es Sam Peckinpah, el resultado tiene visos de terminar siendo una de las grandes películas del cine bélico de todos los tiempos.

De crudeza y elogios

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Esto fue lo que ocurrió en la fase de producción de ‘La cruz de hierro’, la cinta  ambientada en el frente oriental de la Segunda Guerra Mundial con la que el maestro del western —ahí están ‘Duelo en la alta sierra’, ‘Pat Garrett y Billy el Niño’ y, por supuesto, ‘Grupo salvaje’— se sumergió en el género militar para polarizar opiniones y, de paso, ganarse los elogios de uno de los grandes cineastas de la historia.

Según cuenta la leyenda, y lo expreso así porque los detalles se han terminado perdiendo en el tiempo, nada menos que Orson Welles decidió enviar un mensaje a Peckinpah después de ver los 132 minutos de crudeza descarnada de ‘Cross of Iron’ —ese es su título original—, comparándola con uno de los mayores hitos antibelicistas del séptimo arte. El texto completo no se conserva, pero sí queda una cita para hacernos una idea del tono general:

“La cruz de hierro es la mejor película bélica que he visto sobre el soldado raso desde ‘Sin novedad en el frente’.”

Hace 83 años una película de Orson Welles se convirtió en leyenda, pero creo que le hacen un flaco favor al restaurarla con IA

Además de ser un halago gigantesco, la comparación con el clásico de Lewis Milestone basado en la novela de Erich Maria Remarque y ganador de los Oscars a la mejor película y la mejor dirección en 1929, tiene todo el sentido del mundo por un hecho muy concreto: el código genético compartido —salvando las distancias— por ambos títulos derivado de la decisión de narrar la historia desde el punto de vista del soldado y su naturaleza como un minúsculo componente más dentro de una maquinaria inservible.

Puede que ‘La cruz de hierro’ continúe siendo denostada por ese ultraestilizado tratamiento de la violencia que tantas ampollas levantó con la mencionada ‘Grupo salvaje’ y por su ligero desequilibrio entre los pasajes entregados a la acción y los estrictamente dramáticos, pero sus lecturas sobre la inevitable repetición de la historia y el absurdo de la guerra y las cadenas de mando continúan resonando casi 50 años después.

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